A todos nos ha pasado: nos compramos nuestro cigarro electrónico, llenamos del líquido que tanto nos gusta y empezamos a vapear, pero ¡oh sorpresa! Justo al momento en que vamos arrancando empezamos a notar que nuestro atomizador comienza a chorrear y se empieza a derramar líquido.
¿Qué hacer? ¿Llevar nuestro equipo a revisión? ¿Reclamar la garantía? ¡No vayamos tan rápido! Muchas veces este problema suele ser un indicio de una mala técnica. Y es que como vamos iniciando en el vapeo, es muy común que cometamos errores de principiante.
El más común de ellos: pensar que vamos a fumar en lugar de vapear. Y es que fumar y vapear, a pesar de ser muy similares, tienen una técnica muy distinta la cual está en función de cómo opera el cigarro tradicional y el cigarrillo electrónico.
La diferencia
Fumar es un proceso que conlleva la “quema” de ciertos componentes para generar el proceso de combustión y en consecuencia generar humo.
En el vapeo todo sucede por “arte de magia”. Y es que en el vapeo no se quema ningún componente, sino que se calientan los líquidos para generar vapor.
Y con este contexto, ahora hablemos de las técnicas. La técnica de fumar un cigarrillo tradicional es muy distinta ya que en ella debes de “jalar” o “chupar” para quemar los componentes del tabaco. Sin que hagas esta calada o jalón, el proceso de combustión jamás ocurriría y no se generaría el humo.
En el vapeo solo “recabamos” o “aspiramos”. No es necesario generar mucha fuerza si no más bien aspirar para recopilar el vapor existente. Cuando no hacemos esto, es muy probable que la resistencia se inunde y se empape a tope.
Cuando esto sucede, el líquido/vapor buscan la salida más cercana debido a la gravedad, y esto lo logran a través de las salidas de aire, por lo que al pasar esto el líquido comienza a salir y empieza a chorrear al exterior.
¿Qué tienes que hacer? Mejorar tu técnica. Y aquí, como en todo la práctica hace al maestro. Por ello, si recién te acabas de iniciar en el vapeo y notas que tus dispositivos comienzan a derramar líquido, ¡no te espantes! E intenta hacer un cambio de técnica. Con ello, verás que al poco tiempo desaparecerá.
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